Recomendaciones dietéticas en Tiroiditis de Hashimoto




La tiroiditis de Hashimoto, también conocida como tiroiditis crónica autoinmune, es una enfermedad autoinmune que afecta a la glándula tiroides.

En la tiroiditis de Hashimoto, el sistema inmunológico produce anticuerpos que atacan las células de la tiroides, lo que provoca inflamación crónica y daño en el tejido tiroideo. Con el tiempo, este daño puede reducir la capacidad de la tiroides para producir suficientes hormonas tiroideas.

Esta disminución en la producción de hormonas tiroideas es lo que se conoce como hipotiroidismo.

Las hormonas tiroideas regulan una variedad de funciones metabólicas en el cuerpo, incluido el control del metabolismo, la temperatura corporal y el funcionamiento adecuado de varios sistemas. Por ello, síntomas característicos de hipotiroidismo son cansanciopiel secapérdida de cabelloestreñimiento, sensación de frío, aumento de peso, depresiónagrandamiento de la glándula tiroides (conocido como bocio), dolores musculares y articulares, entre otros. 

La tiroiditis de Hashimoto es más común en mujeres y suele tener una base genética.

Aunque la predisposición genética juega un papel en su desarrollo, se han identificado varios factores ambientales con un papel significativo en el inicio de esta enfermedad:

  • Alteración de la barrera intestinal, que puede permitir la entrada de antígenos al torrente sanguíneo, estimulando así la respuesta inmunitaria. 
  • Exposición a metales pesados, como el mercurio y a disruptores endocrinos como el bisfenol A (BPA).
  • Ciertas infecciones virales y fúngicas, como el virus de Epstein-Barr y la cándida, podrían desencadenar o agravar la Tiroiditis de Hashimoto. 
  • La interacción del gluten con la función tiroidea también se ha investigado, ya que el gluten puede alterar la permeabilidad intestinal y afectar la absorción de yodo y selenio, minerales esenciales para la salud tiroidea.
  • El desequilibrio de yodo y selenio, así como la deficiencia de vitamina D, también se han asociado con el inicio de la enfermedad. 
  • Las hormonas sexuales, particularmente los estrógenos, se han relacionado con la enfermedad y podrían ser los responsables de la mayor la incidencia de la enfermedad en mujeres. Es por ello que su impacto, a menudo, se acentúa durante el embarazo dado que hay una mayor producción de estrógenos en esta etapa debido a que la placenta también sintetiza estrógenos. 
  • El estrés crónico y su manejo inadecuado también se han vinculado con la enfermedad, lo que subraya la importancia de un enfoque holístico en el tratamiento y la prevención.

Enfoque Dietético para el Hipotiroidismo de Hashimoto


El manejo de la Tiroiditis de Hashimoto implica un enfoque multidisciplinario
El tratamiento del hipotiroidismo generalmente involucra medicación y un enfoque dietético y de estilo de vida equilibrado y personalizado. 

Aunque no tiene cura, puede tratarse y gestionarse eficazmente con medicamentos hormonales tiroideos sintéticos, como la levotiroxina, que ayudan a reemplazar las hormonas tiroideas deficientes. Es importante que las personas diagnosticadas con esta condición se sometan a un seguimiento médico regular para ajustar la dosis del medicamento y controlar su función tiroidea y síntomas.


Además, la dieta desempeña un papel fundamental en este proceso. Se recomienda adoptar una dieta antiinflamatoria y seguir las siguientes recomendaciones:

  • Descartar la celiaquía y, si es necesario, eliminar el gluten de la dieta. La ingesta de gluten se ha ha relacionado con enfermedades autoinmunes de la glándula tiroidea por ello se recomienda reducir su consumo o eliminarlo en caso de celiaquía.
  • La mayoría de pacientes con hipotiroidismo son intolerantes a la lactosa. Evaluar la posible malabsorción de lactosa y también de fructosa y sorbitol.
  • Evitar la ingesta de soja y cafeína junto con la medicación ya que podrían interferir en su absorción.
  • Reducir el consumo de alimentos ricos en goitrógenos y consumirlos bien cocinados. Los goitrógenos son compuestos presentes en ciertos alimentos que interfieren en la absorción de yodo y dificultan la conversión de T4 a T3 (hormona activa). Algunos alimentos ricos en goitrógenos son las crucíferas (coliflor, brócoli, kale, etc.), ajo, cebolla, bambú, yuca, cacahuetes, semillas de lino y soja. Se recomienda cocinarlos para reducir los goitrógenos puesto que se destruyen a altas temperaturas.

  • Asegurar un adecuado consumo de selenio y yodo. El aporte debe venir de la dieta y no suplementar. No se deberían tomar cantidades supranutricionales. El exceso de yodo en el caso de tiroiditis de Hashimoto podría agravar la enfermedad y se sospecha que el exceso de selenio, junto con otros factores de riesgo, podría favorecer la aparición de diabetes tipo 2.  
    • Son fuentes de selenio el marisco, la carne, el pescado, el arroz integral y las nueces de brasil. Las nueces o coquitos de brasil son muy ricas en selenio, no consumir más de 2-3 unidades al día. 
    • Son fuentes de yodo los pescados, la patata asada con piel, la pechuga de pavo asada y la sal yodada. Las algas son muy ricas en yodo, mejor no tomar para evitar el aporte excesivo de yodo.

  • Consumo adecuado de hierro, magnesio y zinc. Junto con el yodo y el selenio son necesarios para la síntesis de hormonas tiroideas. Suplementar si es necesario.
  • Aumentar consumo de vitamina D. Los niveles en pacientes con hipotiroidismo suele ser bajos. Unos niveles adecuados de vitamina D disminuyen la formación de anticuerpos.
  • Incluir en la dieta setas Reishi (Ganoderma lucidum) y Shiitake (Lentinula edodes). Se cree que el Reishi podría ser útil para regular la respuesta inmunológica y reducir la inflamación en la glándula tiroides. El Shiitake contiene polisacáridos y otros componentes que pueden tener efectos inmunomoduladores y antioxidantes.  Se pueden incorporar como suplemento.

  • Tener precaución con el mercurio: limitar el consumo de pescado grande y considerar retirar adecuadamente amalgamas dentales con mercurio.
  • Incluir prebióticos y probióticos en la dieta para mejorar la funcionalidad de la microbiota intestinal, lo que puede tener un efecto positivo en la salud general y en el funcionamiento del sistema inmunológico.
Además, se podría considerar la ingesta de ciertos suplementos:
  • Glutamina, taurina y ácidos grasos esenciales para mejorar la permeabilidad intestinal.
  • Chlorella para dificultar la absorción de metales pesados.
  • Zeolita: podría ayudar a eliminar metales pesados del cuerpo.
Por último, una adecuada gestión del estrés a través de meditación o yoga, y mantener actividad física regular, son importantes en el manejo de cualquier enfermedad autoinmune.

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